¿Te has parado alguna vez a pensar en el calendario que gobierna tu vida? Ese sistema de 12 meses que parece tan lógico, tan inamovible, en realidad es un rompecabezas de arbitrariedades y ajustes políticos que no tiene ni pies ni cabeza. Pero lo usamos, lo veneramos, y lo más sorprendente es que nadie parece cuestionarlo. Bienvenidos a la gran estafa del tiempo.
Empecemos por los meses, porque aquí ya empieza el disparate. Marzo, por ejemplo, viene de Marte, el dios de la guerra, y marcaba el inicio del año en el calendario romano. Abril está relacionado con Venus, la diosa del amor y la fertilidad. Mayo honra a Maia, la diosa de la primavera, y junio a Juno, la diosa del matrimonio y la protección femenina. Hasta aquí todo tiene un cierto sentido, ¿Verdad? Pero entonces llegan julio y agosto, los meses que nacieron de una pelea de egos.
Julio fue bautizado en honor a Julio César, el líder que decidió que su legado no podía limitarse a conquistas y estatuas. Y Augusto, no contento con ser menos, quiso su propio mes. Pero no solo eso: para que agosto no se quedara con menos días que julio, le robó un día a febrero. ¡Un robo en toda regla! Y así seguimos, con un calendario que premia las vanidades de emperadores mientras aplasta cualquier lógica natural.
Posteriormente, están los números. Septiembre, que debería ser el séptimo mes, es el noveno. Octubre, que significa ocho, es el décimo. Noviembre y diciembre, que significan nueve y diez, son el undécimo y duodécimo. Si te preguntas cómo demonios ocurrió esto, la respuesta es sencilla: ajustes y más ajustes para cuadrar cuentas y contentar a los poderosos. El resultado es un sistema temporal que no tiene nada que ver con la naturaleza, pero que seguimos usando porque, bueno, siempre se ha hecho así.
En contraste, el calendario de las 13 lunas es una obra maestra de simplicidad y conexión con los ciclos naturales. Cada año tiene 13 meses de 28 días, todos perfectamente alineados con los ciclos lunares. Nada de días sobrantes, nada de ajustes arbitrarios. Cada mes empieza con una luna nueva y termina con una luna llena, creando un ritmo armónico que respeta los ciclos de la Tierra y del cosmos.
La Luna, como sabrás, no solo afecta las mareas. También influye en nuestras emociones, en nuestras decisiones y en nuestra energía. En este sistema, cada momento tiene un propósito claro. Las lunas llenas, por ejemplo, son perfectas para culminar proyectos, mientras que las lunas nuevas marcan el inicio de nuevos ciclos. Los agricultores han usado este conocimiento durante siglos para sembrar, cosechar y planificar su año. Entonces, ¿por qué nosotros no?
La astrología también tiene mucho que decir aquí. Marzo, bajo la influencia de Marte, es un mes de acción y valentía. Abril, regido por Venus, nos invita a la belleza y la creatividad. Mayo, con su conexión a Maia, celebra el crecimiento y la abundancia. Cada mes y cada signo del zodiaco están cargados de simbolismo y energía, algo que las civilizaciones antiguas entendían perfectamente. Pero nosotros, en nuestra obsesión por la productividad y el control, lo hemos olvidado.
¿Te imaginas un mundo donde el tiempo no sea una jaula, sino un aliado? Donde los días y los meses no sean impuestos por decisiones políticas, sino por los ritmos naturales de la Tierra. Eso es exactamente lo que propongo en mi libro Vive con propósito: transforma tu vida con los ciclos cósmicos, un manual para reconectar con los ciclos lunares y utilizarlos en tu vida diaria. Desde cuándo sembrar y cosechar hasta el mejor momento para lanzar un proyecto, fermentar tu kombucha o incluso hacer sidra. Todo está ahí, porque el tiempo no es solo una herramienta; es una forma de vivir con sentido y en armonía con el universo.
Así que, la próxima vez que mires el calendario, recuerda: no tienes que seguir jugando con sus reglas. Los ciclos naturales están ahí, esperando que los redescubramos. Porque, al final, el tiempo no está en el reloj ni en el calendario gregoriano. Está en el cielo, en las estrellas y en el latido de la Tierra. Y ahora, tú puedes aprender a vivir en sincronía con ellos.
Autora de Siente y vive libre y de Toda la verdad, Técnico de organización en Elecnor Servicios y Proyectos, S.A.U. Fundadora y Directora de BioNeuroSalud, Especialista en Bioneuroemoción en el Enric Corbera Institute, Hipnosis clínica Reparadora Método Scharowsky, Psicosomática-Clínica con el Dr. Salomón Sellam
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